“ E l N i d o ”
Tempestades, odios y guerras
conmovían cielos y tierra.
La paloma tenía que volar muy alto
para poder sobrevivir a este mar embravecido
de huracanes, odios y guerras.
Su vuelo era rápido, limpio y seguro.
Allá muy alto en las alturas,
se respiraba otro aire, otro viento,
sin acordarse en que tarde o temprano
debía volver sobre su vuelo,
debía volver sobre sus pasos,
posar de nuevo sobre un árbol.
Eufórica en su gran vuelo,
subió y subió cada vez más alto,
hasta perderse allá arriba en las estrellas,
sin acordarse de un árbol, de un nido.
Francisco Cervera
(Libro Dama de Viento)