Corazón que lloras triste
en la paz de tus silencios,
en el amor siempre roto,
de las pasiones inconfesables,
de la ignorancia.
Corazón que sigues y sigues,
ese ir y venir de tus funciones,
en ese bombeo incesante,
de esta lucha siempre constante,
como es la propia vida.
Corazón, a qué aspiras,
y por qué tanto temor a la muerte,
esa aliada y fiel compañera,
que nos acompaña,
desde el inicio de nuestras vidas,
hasta más allá de los silencios,
hasta más allá de las pasiones.
Corazón sigue llorando
y anidando esperanzas.
Corazón sigue llorando
en la paz de tus silencios.
Francisco Cervera
(en Dama de Viento)
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